Con sorpresa y gran curiosidad, vecinos y turistas del pueblo actual de
Aceredo,
en Lobios, en Galicia, España, han comprobado estos días como Aceredo
“el antiguo”, que quedó sumergido debajo del agua de un embalse, ha
salido de nuevo a la superficie, 20 años después de que fuese anegado,
tras una bajada en el caudal.
Un hombre observa el antiguo pueblo de Aceredo, en Lobios, que hace
veinte años quedó sepultado por las aguas del embalse de Lindoso, tras
la bajada del caudal de la presa que explota la eléctrica portuguesa
EDP. (Brais Lorenzo / EFE)
El repentino e inesperado descenso del nivel de agua procedente de la
presa de Lindoso, ubicada en territorio portugués, ha dejado una imagen
insólita, al quedar totalmente al descubierto las viviendas de aquel
viejo asentamiento que quedó sepultado por las aguas de esta balsa, que
fue construida en 1992 y explota EDP, una eléctrica portuguesa.
Así, a la vista están hoy estructuras de casas, otrora habitadas, antes
de su venta a la hidroeléctrica, junto a las laderas de alrededor, y
esto, para sorpresa de muchas familias que todavía residen en el lugar y
que han ocupado estos domicilios, ellos o sus parientes.
Manuel Salgado, uno de los lugareños, en concreto de la localidad de
Lobios, situada a escasos kilómetros de Aceredo, ha contado que la
aparición de las viviendas ha generado también una “gran pena” entre las
familias y los antiguos propietarios, por volver a ver las casas en las
que muchos de ellos residieron durante una buena parte de su infancia
“tantos años después”.
No en vano, asegura que desde la construcción de la presa, nunca se
había visto una estampa similar a la actual, “con las casas
prácticamente a ras de la superficie”, y terrenos casi secos. “Había
bajado el caudal alguna vez pero nunca estuvo tan bajo” como en la
actualidad, ha puntualizado.
No se equivoca, en estos momentos no llega al mínimo cifrado en 340
metros, una situación que ha encendido las primeras alarmas en el
ayuntamiento.
Un proyecto parado
La alcaldesa de Lobios, María del Carmen Yáñez, ha mostrado su
preocupación por este panorama, del que ha responsabilizado a la empresa
portuguesa, “que es la que gestiona la eléctrica” y, por tanto, la
“apertura de las compuertas”.
Así, manifiesta que lo único que les ha transmitido por ahora la empresa
es que dicha bajada se debe a las “escasas precipitaciones”, que es lo
que ha provocado que esté por debajo el caudal mínimo de la presa.
En lo que respecta al embarcadero, construido en 2010 con fondos a cargo
del Plan E, la regidora local detalla que el proyecto se encuentra
“parado”, mientras buscan la posible entrada de capital privado con el
fin de gestionar y hacer rentable esta infraestructura.
Otros casos similares en Ourense
La desaparición de un pueblo por la construcción de las presas no es algo nuevo en la provincia orensana.
Varios son los pueblos que hace años quedaron anegados por las aguas de
los embalses, tal y como ocurrió en las localidades de Vilariño de Conso
y Viana do Bolo, pese a las protestas vecinales.
En el caso de Aceredo, Manuel Salgado recuerda que hubo también muchas
protestas de los vecinos, quienes llegaron incluso a encerrarse en el
ayuntamiento, con motivo de la construcción del embalse de Lindoso, “al
tener que quedarse sin sus casas y sus terrenos”.
No obstante, considera que al final “no fue un mal negocio”, ya que “dio trabajo a mucha gente” y “dejó dinero” en el pueblo.
“Entonces, se hablaba mucho del embalse, se comentaba que iba a ser la
ruina, pero pienso que al final fue una suerte para el pueblo, porque
dejó dinero”, apostilla.
Dos décadas más tarde de esas movilizaciones, la salida a flote del
pueblo ha generado gran expectación en la localidad. Decenas de turistas
y curiosos, atraídos por la reaparición de las casas, se acercan en
este puente hasta la zona con el fin de contemplar de primera mano el
que denominan “antiguo Aceredo”.