Finalmente, los rescatistas hallaron los restos de la cantante Jenni
Rivera, quien el domingo 9 perdió la vida al caer el avión privado en el
que había partido de Monterrey, México.
Los restos han sido trasladados a Monterrey para que sean reconocidos
por su hermano, Lupillo Rivera. También se le practicaran pruebas de
ADN. Luego la familia deberá decidir qué hacer con el cuerpo que,
aseguran, será difícil de identificar.
Se fue una diva
A sus 43 años, Jenni Rivera había triunfado como cantante, actriz,
compositora, empresaria y también como madre, aunque tuvo una existencia
agitada y nada fácil.
Desaparece una diva. La Diva de la Banda, como se la conocía en México y
en el seno de la población hispana radicada en Estados Unidos (EEUU).
De banda y de bandera.
Pierde la vida una mujer consagrada en el mundo de la música con miles de admiradores que hoy lloran desconsolados su muerte.
México está de luto. Conmocionado por la repentina muerte de la cantante
mexicano-estadounidense, Jenni Rivera, en un accidente de avión en el
estado norteño de Nuevo León (México). Universal Music Group (UMG), su
sello discográfico, escribió el siguiente pésame en su página web:.
“JENNI FUE INCOMPARABLE”.
“La familia UMG se encuentra profundamente triste por la repentina
perdida de nuestra querida amiga Jenni Rivera. El mundo raras veces se
encuentra con un artista que impacta tan profundamente a tantas personas
como Jenni. Desde su versátil e increíble talento y la forma en que
conquisto a sus seguidores alrededor del mundo, Jenni fue simplemente
incomparable. Siempre extrañaremos su gran talento; su música estará
todo el tiempo con nosotros”.
La tarde del pasado domingo 10 de diciembre se halló en un rancho del
municipio de Iturbide el jet en el que viajaba Rivera junto a seis
personas más. Acababa de dar un concierto en Monterrey (norte de
México), donde era muy querida, y esa misma noche tenía previsto
participar en el programa “La Voz” de México donde ejercía de coach de
los concursantes.
Fuerte,
vitalista, con temple y mucho carácter, controvertida y muy directa,
con una sonrisa perenne y un alma solidaria, Rivera nunca olvidó sus
orígenes. Hija de padres mexicanos que cruzaron la frontera en busca de
una vida mejor, siempre fue solidaria con los desfavorecidos. Su nombre
real era Janney Dolores Rivera Saavedra y estudió Administración de
empresas. Pero su verdadera pasión y vocación siempre fue la música, a
la que se dedicó en cuerpo y alma.
Nacida
el 2 de julio de 1969, en Long Beach, California (EEUU), era madre de
cinco hijos con edades comprendidas entre los 10 y los 28 años. También
era abuela a pesar de su juventud. Tercera hija de seis hermanos Rivera,
cultivó la música de banda, las norteñas, las rancheras, la balada, la
música pop y el corrido, lo que le abrió el corazón de millones de
latinos en Estados Unidos y de varios más en México.
UNA MUJER PARA LA BANDA.
En 1993, su padre, el productor Pedro Rivera le regaló la grabación de
su primer disco. Desde entonces, su carrera fue hacia arriba, sobre todo
porque en el género de la banda no existían prácticamente mujeres.
En 1999 publicó dos nuevos álbumes: “Si quieres verme llorar” y “Reyna
de reynas”. En 2002 fue nominada al Grammy Latino por su trabajo “Se las
voy a dar a otro”. Recibió entonces el apelativo de la Diva de la
Banda. Tres años después se aventuró a grabar “La Gran Señora”
acompañada de mariachis. Rivera se atrevía con todo.
Actualmente participaba en el programa de televisión La Voz, México.
Anoche todo el equipo del programa lamentó y lloró su desaparición
frente al asiento que solía ocupar.
Contrajo matrimonio en tres ocasiones: con José Trinidad Marín con quien
estuvo casada de 1984 a 1992; el difunto Juan Manuel López con quien lo
estuvo de 1997 a 2003; y el ex beisbolista Esteban Loaiza, con quien
sólo estuvo casada dos años, de 2010 al presente.
Más allá de sus logros musicales, uno de los mayores éxitos de la
cantante es su fundación sin fines de lucro "Jenni Rivera Love
Foundation", creada en 2005 para apoyar a niños que sufrieron abusos,
niños que padecen cáncer, madres solteras con pretensiones de estudiar,
inmigrantes y que sufren violencia en sus hogares. Para esto último fue
portavoz de la Coalición Nacional contra las Mujeres Maltratadas y la
Violencia Doméstica en Los Ángeles, así como empresaria exitosa. Actuaba
con conocimiento de causa. Ella misma sufrió abusos sexuales por parte
de su ex marido, Trino Marín.
Anoche,
en la última entrevista que ofreció en Monterrey, se mostró feliz y
contenta con su momento artístico: “Yo tengo hijos, nietos, padres,
hermanas, un público que me espera. Quizás esté tratando de alejar los
problemas y enfocarme en lo positivo. Es lo mejor que yo puedo hacer”,
afirmaba.
PANORAMA MUSICAL.
Actualmente compartía los primeros lugares en las preferencias del
público latino al lado de figuras como Pitbull, Don Omar y Ricky Martin.
Su último disco, "Joyas prestadas: Pop", se había colado entre los más
vendidos en las últimas semanas. Entre otros grandes escenarios Rivera
actuó en el Auditorio Nacional mexicano, en el Auditorio Telmex de
Guadalajara, en el Staples Center, el Nokia Theatre, el Allstate Arena y
Gibson Amphitheatre, todos ellos en EEUU.
No obstante, las canciones de la artista también se escucharon en
escenarios de menos importancia pero cálidos y rebosantes del cariño de
sus seguidores como los de las ferias y festivales populares tanto de
México como de Estados Unidos.
El último que pisó fue la Arena Monterrey, anoche, donde más de 15.000
personas escucharon a la artista cantar sus temas antes de abordar el
avión que la iba a conducir a la capital mexicana.
Con ella iban a estar artistas de la talla del español Miguel Bosé, la
mexicana Paulina Rubio, de quien era muy amiga y el chileno Beto Cuevas.
Rivera era considerada una de las artistas femeninas más importantes de
la música regional mexicana. No en vano, su primer éxito en la radio,
hace ya muchos años, fue con el tema “Las malandrinas”, incluido en su
tercer trabajo “Que me entierren con la banda”. ¿Un título premonitorio?