La hija mayor de Luzdianne González Nieves, imputada por asesinar a uno 
de sus cuatro hijos que falleció por desnutrición severa el año pasado, 
testificará en contra de su madre durante la vista preliminar.
Lo
 que aún está por decidirse es si el testimonio de la menor de 8 años 
será mediante circuito cerrado, tal y como solicitó la fiscalía, para 
que no tenga que ver a su madre mientras declara. La defensa se opone a 
dicha petición.
Durante una vista de necesidad ante el juez 
Enrique Silva Avilés, del Tribunal de San Juan, la fiscal Germain Báez 
presentó como testigo a Iris Colón, quien es supervisora de las 
trabajadoras sociales del Departamento de la Familia que atienden este 
caso.
Colón explicó que la agencia asumió la custodia de los tres
 hijos de la hoy imputada el 20 de noviembre de 2011, cuando falleció el
 pequeño Edgardo Edriel González, de cuatro años.
Desde entonces,
 solamente se dio una visita supervisada entre González Nieves y sus 
tres hijos, que ahora tienen 8, 4 y 3 años. Mientras, la mujer está 
sumariada en la Cárcel de Mujeres de Vega Alta desde que se radicaron 
los cargos en su contra a finales de octubre pasado.
Durante ese encuentro, la trabajadora social dijo que la mayor de los hermanos "estuvo bien triste, llorosa, callada".
"Era
 la primera vez que veía a su mamá en un tiempo y se veía afectada, 
triste y llorosa la mayor parte de la visita", describió Colón.
Destacó que cuando se le aborda sobre el tema de su madre y los hechos, la niña "tiende a evadir el tema".
"Ella
 tiene sentimientos encontrados. Por un lado, pregunta y (dice que) le 
gustaría ver a su mamá, pero cuando se aborda el tema de lo sucedido, 
tiende a quedarse callada", agregó Colón.
Cuando la fiscal le 
preguntó a qué daño se expone la menor si declarara frente a su madre, 
la trabajadora social contestó: "Podría sufrir algún daño emocional. 
Estos menores han sufrido maltrato por parte de sus padres, pero siguen 
siendo sus padres y les tienen cariño. Ponerla a testificar al frente de
 su mamá, posiblemente no pueda hablar y se cohíba".
"Mi 
recomendación sería que no tenga que testificar frente a su madre y que 
se busque otra alternativa, como la opción del circuito cerrado", 
recomendó Colón.
A preguntas de los abogados Carlos Rosa y Miriam
 Ortiz, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), Colón reconoció 
que la visita entre la imputada y sus hijos duró alrededor de hora y 
media y ella estuvo presente apenas entre 20 y 30 minutos.
Recalcó
 que se había programado otra reunión entre la mujer y sus hijos, pero 
al enterarse por la prensa del resultado de la autopsia del menor, "se 
determinó que por las circunstancias del caso, se iban a suspender las 
visitas".
En sus argumentaciones finales, el abogado señaló que 
el uso del circuito cerrado es una "excepción especial" que debe darse 
solo cuando exista un "disturbio emocional serio que impida comunicarse 
efectivamente". La fiscal recordó, por su parte, que la trabajadora 
social destacó que la testigo no podría expresarse frente a la imputada y
 que debía declarar por circuito cerrado "por el bienestar de la menor".
El
 juez Silva Avilés se reservó el fallo e informó que informará su 
determinación por escrito a las partes. La vista preliminar se pautó 
para el 25 de enero de 2013.
Además de Colón, durante la 
audiencia testificaron otras cuatro personas, entre las que estuvo el 
padre de la imputada, José A. González.
González Nieves enfrenta 
cargos por asesinato en primer grado bajo la modalidad de maltrato de 
menores intencional y tres cargos de maltrato de menores agravados.
Según la pesquisa, la mujer vivía en la barriada Las Monjas, en Hato Rey, y dejó morir a su hijo al no alimentarlo.
El
 pequeño falleció el 20 de noviembre de 2011 por desnutrición severa, 
según el resultado de la autopsia. Tenía 4 años y apenas pesaba 14 
libras, por lo que aparentaba tener apenas año y medio.
Sacan a hombre de sala
La
 única persona presente en la sala 605 mientras se veía la vista de 
necesidad era un señor sentado en la tercera fila de los bancos, que en 
ocasiones se observaba como si estuviera quedándose dormido, en otras 
comenzaba a temblar, y cuando la trabajadora social declaró sobre los 
menores, comenzó a llorar.
Durante el receso, Colón permaneció 
sentada en el banco de los testigos, y de momento el individuo le grita:
 "Testigo, ¿tú estás encinta?" Ella no le contestó.
Alguaciles le
 llamaron la atención y preguntaron a las partes si sabían quién era el 
sujeto, pero nadie lo conocía. Fue entonces que procedieron a pedirle 
que se fuera de la sala.
Uno de los alguaciles explicó que aunque
 las vistas son públicas, no se puede permitir a personas que 
interrumpan o traten de comunicarse con testigos.