CARACAS,
Venezuela (AP) — El vicepresidente Nicolás Maduro dijo el martes que el
presidente venezolano Hugo Chávez falleció a las 4:25 pm hora
venezolana. Tenía 58 años.
El gobernante populista de este rico país en petróleo fue uno de los
líderes más polémicos en la América Latina de los últimos tiempos y el
principal antagonista de Washington en la región.
Maduro anunció el deceso del mandatario mediante un discurso difundido en la cadena de radio y televisión nacional.
"Hoy 5 de marzo luego después de haber acudido a la reunión de consejo
de ministros y de la dirección político militar de la Revolución, nos
dirigimos aquí a las instalaciones del Hospital Militar de Caracas a
seguir la secuencia de salud de nuestro comandante presidente. En el
momento en que nos encontrábamos recibimos la más dura y trágica noticia
que podemos trasmitir... ha fallecido el comandante presidente Chávez",
dijo Nicolás Maduro en un discurso difundido en la cadena de radio y
televisión nacional.
Chávez, cuya encendida retórica inspiraba amor y odio casi por igual,
irrumpió en el escenario político venezolano como un huracán. Bajo su
influjo se produjo una expansión de la izquierda en América Latina.
El 4 de febrero de 1992, cuando el gobierno del entonces presidente
Carlos Andrés Pérez (1989-1993) se tambaleaba en medio de protestas
callejeras en contra de medidas económicas y denuncias de corrupción en
contra del mandatario, un carismático teniente coronel del Ejército,
desconocido para los venezolanos, encabezó un intento de golpe de Estado
y fracasó.
Fue capturado y llevado ante las cámaras, donde anunció que para él y
sus seguidores vendrían "nuevas y mejores oportunidades" y pidió a sus
colegas que entregaran las armas "por ahora".
Desde la prisión, Chávez apoyó una segunda intentona militar en noviembre de 1992.
El presidente socialcristiano Rafael Caldera (1994-1999) puso fin al proceso penal por rebelión.
Tras abandonar la prisión, Chávez empezó a viajar por todo el país
buscando apoyo para un naciente proyecto político "bolivariano", una
mezcla de ideas que oscilaban entre el marxismo y las proclamas de su
héroe, el prócer independentista Simón Bolívar, y que incluyó hasta
principios cristianos como el amor al prójimo.
Prometía poner fin a la corrupción e instaurar un régimen basado en la justicia social.
No tardó en alcanzar el poder con los votos, en buena medida al
beneficiarse de las luchas intestinas de los partidos tradicionales y el
descrédito de éstos ante un electorado hastiado de la violencia
criminal y la corrupción.
Chávez ganó la presidencia en los comicios de diciembre de 1998 con 3,6
millones de votos, el 56,20%, un número mayor que cualquiera de sus
predecesores en la jefatura de Estado desde la llegada de la democracia
en 1958.
Uno de sus primeros actos oficiales fue convocar una Asamblea
Constituyente que redactó una nueva constitución a fin de introducir la
reelección inmediata del presidente, que hasta entonces no existía.
Chávez y sus aliados rápidamente dominaron la política del país,
obteniendo mayorías en la legislatura, las gobernaciones y en el sistema
judicial.
El mandatario se caracterizó por monopolizar los medios de comunicación.
Su presencia permanente en los medios oficiales, que se extendía a las
estaciones de radio y televisión privadas que por ley están obligadas a
reproducir en vivo los actos gubernamentales, fueron su principal medio
de propaganda, lo cual sumado a por lo menos una decena de programas de
subsidios directos para los venezolanos lo hicieron imbatible en las
urnas.
Pero también poco a poco, y sobre todo por la radicalización de sus
acciones como la expropiación de tierras o de las industrias que caían
en manos del Estado, comenzó un escozor entre la clase media primero e
incluso entre sectores militares, a los que disgustaban desde su
cercanía con Cuba hasta su afición por el uniforme militar.
En abril de 2002 masivas manifestaciones en su contra degeneraron en
violencia y la cúpula militar le retiró su apoyo y le obligó a abandonar
el poder. Pero ante las intensas protestas de sus seguidores los
militares se vieron obligados a reinstaurarlo en la presidencia en menos
de 48 horas.
Chávez siguió siendo ampliamente popular y ganó varias elecciones y
referendos. Convocó a elecciones nuevamente en 2000 a fin de refrendar
la nueva constitución de 1999 y en 2004 sobrevivió a un referendo que
buscaba sacarlo del poder.
En 2006 logró una segunda reelección por un período adicional que concluiría en enero de 2013.
En el 2009 logró aprobar otra reforma constitucional que le permitía
postularse a la reelección indefinidamente. Lo hizo arguyendo que debía
permanecer en el gobierno al menos hasta 2031 para consolidar su
"revolución" y lo que él llamó el "socialismo del siglo XXI".
En octubre de 2012 ganó la reelección por otros seis años más por un
margen de 54%, 7,4 millones de votos frente a los 6,15 millones del
candidato opositor Henrique Capriles, que fue el primer candidato que
logró aglutinar a su alrededor las fuerzas de oposición como ningún otro
contrincante que haya tenido Chávez al superar la barrera de los 4,5
millones de votos.
En diciembre del mismo año consolidó ese triunfo en elecciones a
gobernador cuando sus candidatos se impusieron en 20 de los 23 estados
venezolanos.
Estuvo en el poder 14 años, más que ningún otro presidente desde que se instauró la democracia en enero de 1958.
Sólo otro venezolano había estado en el poder más tiempo: el general
Juan Vicente Gómez, dictador que rigió el país con mano de hierro
durante 27 años hasta 1936.
Chávez, quien se autoproclamaba "revolucionario y socialista", insistía
en que era un "demócrata" por excelencia, pero muchos venezolanos temían
que estaba llevando al país a un sistema político semejante al de su
amigo íntimo y mentor, el líder cubano Fidel Castro.
Se sentía como pez en el agua cuando empleaba el léxico militar para
describir su acción de gobierno, una imagen que era reforzada por su
preferencia en vestir uniforme o chaquetas verde oliva y la boina roja
de una unidad de élite del ejército a la que perteneció, en lugar de
traje y corbata, en sus numerosas apariciones públicas.
Decía que deseaba la paz pero impulsó multimillonarias compras de armas
que despertaron temores de una carrera armamentista en la región.
Alegaba que las armas eran necesarias para defenderse de una invasión
estadounidense, una idea que era ridiculizada en Washington.
Usó la cuantiosa riqueza petrolera del país para ofrecer entregas de
hidrocarburos en condiciones blandas a otros países, asegurándose el
apoyo de gobiernos como los de Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Argentina y
convirtiéndose en una de las figuras más reivindicadas por los
movimientos izquierdistas de América Latina.
Sus adversarios siempre lo catalogaron de gobernante autoritario pero
astuto, que utilizaba las esperanzas de los pobres y sus frecuentes
enfrentamientos verbales con el gobierno de Estados Unidos para obtener
beneficios políticos. Siempre fue popular, pero polarizó a la sociedad
venezolana.
Chávez se vio como el heredero del prócer Simón Bolívar. Con frecuencia
hablaba teniendo como fondo el retrato del Libertador, sacó de las
bóvedas una espada enjoyada que perteneció al héroe independentista, la
cual solía desenvainar incluso en actos proselitistas y mandó a
confeccionar numerosas réplicas para regalar a sus aliados
internacionales, particularmente aquellos que compartían su retórica
antiestadounidense como el entonces líder libio Moamar Gadafi, entre
otros.
Su discurso, a veces vulgar, motivaba tanto adulación como desespero en
Venezuela y el extranjero y azuzaba las diferencias de clases entre los
venezolanos.
La oposición le criticaba además de su violencia verbal, los súbitos
cambios de política, las constantes reformas constitucionales y
expresiones públicas de admiración por gobiernos como los de Cuba,
Libia, Siria, Zimbabue e Irán, mientras abandonaba toda actitud
diplomática o cordial con gobiernos como los de Estados Unidos e Israel.
Así el resto del mundo observó cómo Venezuela se embarcaba en su camino
incierto en virtud de los caprichos de su grandilocuente líder.
Para millones de pobres era un héroe. En las barriadas marginales de
campos y ciudades, donde vive más de la mitad de los 28 millones de
habitantes del país, Chávez logró cautivar una base de fieles seguidores
debido a su carisma y programas sociales llamados misiones que ofrecían
desde alimentos a bajos precios, ayuda en dinero a las madres solteras
hasta el plan de asistencia con médicos cubanos en los barrios.
Las misiones, sin embargo, se realizaban con un fuerte tinte ideológico,
a veces con personal cubano, y fueron calificadas como poco más que
limosnas por la oposición.
Como parte de la aplicación de un férreo control estatal, la nómina del
gobierno se disparó. A finales de los 90, el sector público se componía
de un millón de personas. Actualmente se estima en más de dos millones
de empleados públicos, particularmente después de apoderarse de tierras
privadas y empresas nacionalizadas en sectores clave como las
telecomunicaciones, acero y cemento.
Pese a las nacionalizaciones y sus constantes promesas de convertir a
Venezuela en un Estado socialista, el equilibrio entre los sectores
público y privado de la economía no cambió mucho durante su mandato.
En 2010, el Banco Central estimó que el sector privado representaba
alrededor de 69,3% del producto interno bruto. Esa es casi una
proporción semejante a la de cuando Chávez fue elegido en 1998. De
acuerdo con cifras oficiales, los niveles de pobreza se redujeron de 49%
en 1998 a 26% en 2010.
También fue acusado de cercenar la libertad de expresión, especialmente
después de negarle la renovación de la concesión audiovisual al canal
privado Radio Caracas Televisión, que solía criticar a su gobierno. El
canal tenía casi medio siglo de trayectoria y era considerado una
institución en el país que nunca se alineó con ningún gobierno.
Grupos internacionales de derechos humanos repetidamente denunciaron que
los fiscales y tribunales perseguían a los opositores al gobierno.
Fueron muchos opositores que enfrentaron cargos criminales y algunos de
ellos fueron conducidos al exilio.
Chávez siempre negó vehementemente que ejerciese algún control sobre los
tribunales o el ministerio público, pese a los no pocos escándalos que
parecían confirmarlo.
En contrapartida, denunciaba a opositores y críticos como "oligarcas"
que defendían sus intereses económicos y el capitalismo al estilo
estadounidense.
Pese a sus ambiciones, Chávez fue en gran parte incapaz de hacer de Venezuela un ejemplo a seguir para otras naciones.
Se agravaron muchos de los problemas que agobian a los venezolanos y el
país siguió siendo dependiente de las fluctuaciones de los precios del
petróleo.
Las deficiencias de su gestión se evidenciaron en áreas diversas: el
control de una desbocada criminalidad, el mantenimiento de la
infraestructura petrolera y el estímulo del crecimiento económico del
país en medio de una jugosa bonanza petrolera, cuyos cientos de miles de
millones de dólares fueron invertidos con poca supervisión de parte de
la Asamblea General.
Anunció grandes proyectos de infraestructura que nunca concretó. El
régimen de control de precios provocó escasez de alimentos de primera
necesidad.
El crimen se disparó y Caracas se convirtió en una de las ciudades más peligrosas del mundo.
En Venezuela, la tasa de homicidios se ubicó en 50 por cada 100.000
habitantes en 2011, según datos del propio gobierno. El ministro de
Interior y Justicia, Néstor Reverol, reveló en octubre que el Distrito
Capital de Caracas registró una tasa de homicidios de 93 por cada
100.000 habitantes, cifra que confirma que la capital está entre las
ciudades más violentas de América Latina.
La inflación, que cerró 2012 en 20,1%, año tras año figuró como la más alta de la región.
El propio Chávez lo reconoció en una entrevista televisiva de 2011 que
una de las mayores debilidades de su gobierno fue la falta de
eficiencia. Dijo que ha sido un gran error que muchas veces ha puesto en
peligro las políticas de su gobierno.
En años recientes su imagen se vio afectada a nivel internacional y una
encuesta regional en 2010 lo ubicó como el segundo líder más impopular
después de Fidel Castro.
Durante su mandato repetidamente llamó a la instauración de un "mundo
multipolar", libre de la dominación estadounidense. Impulsó el envío de
petróleo a China, creó empresas conjuntas con Irán para la fabricación
de tractores y automóviles y suscribió numerosos acuerdos militares con
Rusia que se tradujeron en compras millonarias de fusiles de asalto,
helicópteros y aviones cazabombarderos.
Pese a la enconada relación que tuvo con Washington, Chávez mantuvo la
venta de la mayor parte de la producción de petróleo venezolano a
Estados Unidos y con frecuencia dejaba evidentes muestras de simpatía
por el estilo de vida estadounidense, entre las que se incluía su sueño
de niño de jugar en el béisbol mayor de Estados Unidos.
Su sueño se cumplió, dijo, cuando efectuó el primer lanzamiento en el
partido entre los Mets y los Azulejos de Toronto en junio de 1999 en
Nueva York.
Un día después se le vio, entusiasmado y sonriente, dar el martillazo final que cerró las actividades bursátiles en Wall Street.
Con frecuencia se complacía en describir escenas e incluso recomendar
películas estadounidenses como "John Q", protagonizada por Denzel
Washington, o "Gladiador", dirigida por Ridley Scott, en sus alocuciones
televisadas.
Llamó "hermano" a figuras como los actores Sean Penn y Kevin Spacey, entre otras celebridades estadounidenses.
El mandatario parecía no resistirse a estar frente a una cámara de
televisión. Las apariciones televisivas sólo menguaron después de que
reconoció que le fue diagnosticado un tumor maligno en 2011.
Se afeitó la cabeza cuando empezó a perder su cabello debido a la
quimioterapia y empezó a arengar a sus seguidores con frases tales como
"¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos!".
El mandatario fue operado de un tumor en la región pélvica en junio de 2011. Nunca aclaró dónde se encontraba el tumor.
En septiembre 2011, Chávez afirmó que había completado la quimioterapia y
catalogó el tratamiento como un éxito, afirmando que exámenes
posteriores no mostraban la reaparición de células cancerosas.
Casi cinco meses después de repetir que no había una sola célula
cancerígena en su cuerpo, Chávez reveló que se sometería a una nueva
operación en Cuba, donde decidió tratarse, puesto que se le detectó una
segunda lesión en la misma región donde le extirparon el primer tumor
canceroso.
El 26 de febrero de 2012 el gobernante fue intervenido en La Habana para
extirparle un tumor de dos centímetros. Sus viajes de ida y vuelta a
Cuba fueron constantes y cada vez más prolongados en los meses
siguientes. Desde entonces sus apariciones en público se redujeron
drásticamente.
Semanas antes de las elecciones del 7 de octubre de 2012 fue notable su
esfuerzo por reencontrarse en las calles con sus seguidores para asombro
de muchos y, casi a diario, apareció en actos de campaña en distintas
localidades. No obstante la enfermedad le impidió retomar, como en
antaño, el contacto directo con la población, lo que constituía una de
sus grandes fortalezas políticas.
Días después de su triunfo electoral, admitió que "en verdad yo fui a
boxear (a la campaña) con la mano zurda amarrada y con una pata, como
dicen en mi (pueblo), con una pierna amarrada, brincando en un solo
pie".
Resaltó entonces que no fueron pocas las veces en la que se sintió cansado o sufrió alguno que otro malestar.
"En una ocasión yo le dije a Nicolás (Maduro) 'sácame de aquí'... porque
se había desbordado todo... aquello se desbordó (de gente) y no
podíamos avanzar ni para allá ni para acá... y yo andaba con un
malestar, un cansancio; nadie sabe lo que yo hacía después que llegaba
(de los recorridos) del camión (en caravana)... las limitaciones obvias
desde el punto de vista físico que yo viví", relató.
El 10 de diciembre de 2012, tras anunciar que delegaba sus funciones en
Maduro, Chávez viajó a Cuba para someterse a la cuarta operación por
cáncer y ya no fue visto ni oído más en público. Regresó de la capital
cubana a Caracas, sorpresivamente, el 18 de febrero, hecho que anunció a
través de las redes sociales.
Tanto en el ámbito gubernamental como en su partido, Chávez copó la
escena al punto de dejar a sus seguidores sin un claro heredero de su
movimiento político. Con todo, designó a Maduro como su sucesor, al
afirmar que debía ser el candidato de su partido en caso de que él no
pudiera asumir y se convocara a nuevas elecciones.
Chávez nació el 28 de junio de 1954 en Sabaneta, en el estado llanero de
Barinas. Fue criado en parte por su abuela paterna, Rosa Inés, porque
sus padres, maestros de escuela, no tenían recursos para mantenerlo a él
y sus cinco hermanos.
Chávez solía rememorar su infancia en una casa humilde de piso de barro y
hablaba de cómo vendía después del colegio dulces de frutas que su
abuela preparaba.
De joven experimentó con la pintura y era un fanático del béisbol, pero
tras incorporarse al ejército a los 17 años decidió que la vida militar
era lo que buscaba. Fue ascendiendo de rango hasta llegar a teniente
coronel, pero fue también desilusionándose con la clase política del
país, a la que consideraba corrupta e insensible a las penurias de los
pobres.
Después de graduarse en 1975 de la academia militar consumió los
siguientes años en construir una organización clandestina dentro del
Ejército que denunciaba a los gobiernos de la época y juraba instaurar
una sociedad basada en los ideales de Bolívar. Ese movimiento, llamado
Movimiento Bolivariano Revolucionario, fue el germen del grupo con que
se alzaría en armas en 1992.
Solía hablar con afecto de sus hijos, en particular de su hija menor
Rosainés -nacida en septiembre de 1997- pero en general se conoce poco
de su reciente vida familiar. Chávez se divorció de su segunda esposa,
Marisabel Rodríguez, en 2004. También tenía tres hijos mayores de un
primer matrimonio, María Gabriela, Rosa Virginia y Hugo, quienes rara
vez lo acompañaban en sus apariciones públicas. Varios de sus hijos
estuvieron con él en La Habana durante la operación del 11 de diciembre,
la cuarta a la que se sometió desde que se declaró su cáncer.
Hugo Chávez (VIDEO)
El presidente de los venezolanos, Hugo Chávez Frías, murió este 5
de marzo tras luchar a capa y espada contra un cáncer que volvió a
resurgir apenas dos meses después de que consiguiera vencer en las urnas
para continuar en el poder hasta 2019
El presidente venezolano, Hugo Chávez, falleció en Caracas este martes a
los 58 años de edad, informó el vicepresidente Nicolás Maduro. El
gobierno de Venezuela, en un comunicado leído esta noche por el ministro
de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, había avisado de “un
empeoramiento de la función respiratoria” del presidente. De acuerdo al
boletín, transmitido por cadena nacional de Radio y TV, el tratamiento
que seguía Chávez contra el cáncer, que incluía quimioterapia “de alto
impacto”, había generado un debilitamiento de su sistema inmunológico.
Desde que le fue detectado un tumor, en junio de 2011, durante una de
sus visitas a La Habana, el caudillo bolivariano que gobernaba Venezuela
desde 1999 fue operado cuatro veces, que se sepa, pero al final el
cáncer fue más fuerte que él. Chávez se sometió a tratamientos con radio
y quimioterapia. aunque la mayor parte de la asistencia médica recibida
fue mantenida en secreto. En todo este tiempo incluso se negó a revelar
qué tipo de cáncer padecía y qué órganos de su cuerpo habían sido
afectados por la enfermedad.
La Constitución prevé que al morir le suceda Diosdado Cabello hasta
las elecciones
Desde la vuelta del comandante a Venezuela, el 18 de febrero, los dos
comunicados oficiales difundidos por las autoridades habían tenido un
tono de pesimismo. Ya el 21 de febrero, el propio Villegas admitió que
la dificultad respiratoria persistía y que la evolución del paciente no
había “sido favorable”. Desde el pasado viernes, corrían fuertes rumores
sobre un agravamiento de la salud del presidente venezolano. La
alocución de hoy del ministro Villegas parecía darle la razón. Aun así,
no había conseguido apaciguar otras expresiones de escepticismo
creciente.
Con la muerte de Chávez desaparece uno de los políticos más influyentes y
polémicos de América Latina de las últimas dos décadas. Además, deja en
el aire el futuro del movimiento populista creado en torno a su figura,
con el reto de llenar un vacío inmenso. Chávez ganó las elecciones
presidenciales el pasado 7 de octubre, en una campaña en la que dosificó
sus apariciones. Debía jurar su cargo el pasado 10 de enero, pero ante
la imposibilidad física de hacerlo el Tribunal Supremo del país permitió
que ejerciera de presidente ausente. Ni siquiera tras su regreso a
Caracas, el pasado 18 de febrero, estuvo en condiciones de cumplir el
trámite constitucional.
Su voz no volvió a escucharse desde que viajó a Cuba el 10 de diciembre
Antes de partir a La Habana para operarse por última vez, el pasado 10
de diciembre, Chávez trató de dejar la situación bajo control en
Venezuela y designó como sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, un
chavista de primera hora, dirigente sindical, diputado desde 1999, ex
presidente del Parlamento y ex ministro de Exteriores, quien demostró su
lealtad a Chávez hasta el último momento. “Si algo ocurriera, que me
inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no solo debe concluir el
periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena
como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese
escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes
elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido desde mi
corazón”, dijo Chávez en televisión en tono solemne, antes de
desaparecer para el público durante más de dos meses.
Nadie volvió a verlo hasta que el 16 de febrero el Gobierno venezolano
hizo públicas tres fotografías en las que se le veía en el hospital,
sonriente con sus hijas y un ejemplar del diario Granma como fe de vida.
Después, el secreto envolvió de nuevo al presidente al regresar a
Caracas. El Gobierno ha defendido una y otra vez que Chávez,
hospitalizado y blindado, se encontraba con dificultades pero en vías de
recuperación, y ha justificado el silencio del presidente en las
secuelas que le provocaba tener que respirar por una cánula. La
ocultación había disparado el nerviosismo en Venezuela en las últimas
semanas.
La Constitución venezolana prevé que ahora debe asumir provisionalmente
el mando del país el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, hasta
la convocatoria de nuevas elecciones. Dirigente sindical, militante
bolivariano y diputado desde 1999, ha sido presidente del Parlamento,
ministro de Exteriores y vicepresidente ejecutivo. Demostró su lealtad a
Chávez hasta el último momento.
El desvelo de Chávez fue que su ausencia no pusiera en riesgo la
estabilidad del régimen. “En cualquier circunstancia, debemos garantizar
la marcha victoriosa de la revolución bolivariana, construyendo la
democracia nueva, la vía venezolana al socialismo”, dejó dicho a los
suyos