LONDRES: donde el río Támesis desemboca en el Mar del Norte, Boris Johnson se dispuso en 2009 a construir un aeropuerto en una isla artificial.
Para estudiar la idea, el Sr. Johnson, el nuevo alcalde de Londres, trató de reclutar a un científico destacado, el Profesor David King, quien se opuso al plan y se ofreció a estudiar otros usos para el canal. Así que el profesor se sorprendió cuando el Sr. Johnson lo nombró públicamente presidente de un equipo que investiga el aeropuerto del estuario del Támesis .
El alcalde le aseguró: "Ah, David, todo estará bien", recordó el profesor King, pero no estuvo bien. Al igual que varios de los proyectos de marquesina del Sr. Johnson como alcalde, el plan del aeropuerto de la isla absorbió millones de libras en tarifas de planificación, pero nunca fue a ninguna parte en contra de la oposición casi unánime y los obstáculos prácticos.
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Se espera que se convierta en primer ministro esta semana , el Sr. Johnson está desplegando la misma personalidad tonta y confusa que lo convirtió en un éxito como alcalde. Pero a pesar de su encanto, muchos de sus colegas, así como los analistas políticos, cuestionan su competencia.
Es el favorito de los Tories de rango alto en el Brexit. Él es la elección del presidente Trump . Es el maestro de ceremonias de un circo de campaña que la semana pasada presentó al Sr. Johnson golpeando el aire con arenques ahumados empacados al vacío .
Durante sus dos mandatos como alcalde de Londres, leyó el estado de ánimo del público y apuntó a millones de libras de la misma manera, sin importar las advertencias extremas que contenían los documentos informativos. Su más reciente trabajo de alto perfil, el secretario de asuntos exteriores, lo encontró incómodo en un papel que requería más gravitas que grandilocuencia.
Pero el próximo primer ministro enfrentará quizás la mayor crisis de tiempos de paz de Gran Bretaña, Brexit, una que enciende el tipo de detalles laberínticos que el Sr. Johnson evita. Su promesa de sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea a fines de octubre ha dejado a muchos británicos preocupados de que enviará al país a toda prisa hacia un Brexit potencialmente peligroso y sin acuerdos.
Incluso los aliados reconocen que el Sr. Johnson se ve a sí mismo como alguien centrado en el panorama general, en lugar de en los detalles del gobierno. Es intuitivo e improvisado, dicen, a menudo descarta un texto preparado al pronunciar un discurso.
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"Lo que hace es captar la vibración del momento, del día, y luego entiende el camino a seguir", dijo Ray Lewis, un asesor del Sr. Johnson en el Ayuntamiento de Londres. El Sr. Johnson tiene una visión amplia, dijo Lewis, de una manera que le recordó lo que es soñar despierto sobre rescatar un interés amoroso de un castillo encantado. Los tecnicismos no son el punto.
"Nunca pensé de dónde obtuve el caballo o el casco", dijo Lewis. "Acabo de tener el panorama completo. Y Boris tendrá el panorama completo.
Después de una carrera como periodista, el Sr. Johnson fue elegido para el Parlamento en 2001, donde se vio envuelto en alguna controversia, y fue despedido del equipo de líderes de la oposición, luego de negar falsamente los informes de un asunto extramarital . Fue elegido alcalde de Londres en 2008 y prometió reducir el crimen y reducir los gastos extravagantes. Una elección inusual para una ciudad que normalmente se inclina hacia la izquierda, encontró seguidores como conservador con opiniones heterodoxas sobre temas como la inmigración.
El cargo de alcalde, creado en 2000, tiene poderes limitados. Pero su récord en el Ayuntamiento ofrece un indicio de su estilo deslumbrante, y del encanto que distrajo a muchos británicos de sus errores deslumbrantes.
“No hay desastres”, bromeó después de la controversia que involucró a su aventura, “solo oportunidades. Y, de hecho, oportunidades para nuevos desastres ".
Al solicitar un aeropuerto de Thames, el Sr. Johnson no se dejó intimidar por las investigaciones sobre el aumento de los niveles de agua, por la aparente contradicción de construir un hábitat internacional de aves, o por haber sido confrontado por el Profesor King, quien se encontraba nombrado para dirigir el estudio, aunque Se había negado a participar.
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"Dijo: 'Oh, tonto, tonto' o algo así, y le peinó el cabello", recordó el profesor King.
El mandato de Johnson como alcalde produjo otros fracasos costosos, como el "autobús Boris". Ken Livingstone, el antecesor del Sr. Johnson como alcalde de Londres, había desechado un modelo de autobús de dos pisos (equipado con una puerta trasera al aire libre ) y lo reemplazó con "autobuses flexibles", que eran más largos y espaciosos. Algunos londinenses los consideraban monstruosidades modernas y sin alma en las estrechas calles de la ciudad.
Aprovechando esa ira, el Sr. Johnson prometió revivir el modelo clásico e incluso trajo a bordo vendedores de boletos, a pesar de las advertencias de los funcionarios de transporte de que el plan no era económicamente viable.
En unos pocos años, los vendedores de boletos a bordo fueron desechados, las puertas al aire libre fueron cerradas y el "autobús de Boris" llegó a ser conocido principalmente por su sudoroso interior , sin mencionar los 300 millones de libras, o aproximadamente $ 375 Millones, se quemó en el bolso público.
"Le gustaba volar por el asiento de su pantalón en cosas como esta, y estaba más que feliz de engañar o mentir", dijo Jenny Jones, miembro de la Asamblea de Londres para el Partido Verde en ese momento.
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El Sr. Johnson, en ese momento que ya se estaba discutiendo como futuro primer ministro, parecía enamorado del estado y el poder del Ayuntamiento, pero estaba "aburrido con todo el concepto de la política y la responsabilidad", dijo Jones. "No confiaría en él para alimentar a mi gato".
En el 2012, nada mejoró la marca de Mr. Johnson, como los Juegos Olímpicos de Londres. Se deleitaba con la oportunidad de vender a los londinenses en su ciudad y de venderse al mundo. Pero después, su decisión de convertir el Estadio Olímpico para acomodar a un club de fútbol de la Premier League dejó un legado exorbitante : cada verano cuesta £ 8 millones cambiar los asientos al atletismo del fútbol.
También siguió un plan para construir un " puente de jardín" sobre el Támesis , que terminó costando £ 50 millones sin que se pusiera un ladrillo. Cuando Caroline Pidgeon, un miembro de la asamblea de los demócratas liberales, lo interrogó sobre el proyecto, el Sr. Johnson trató de ignorarla. "Me parece muy deprimente", dijo, "que persistes en este odio talibán a los objetos de belleza".
Y luego estaban los tres cañones de agua alemanes de 25 años de edad que compró en nombre de los posibles alborotadores. Se ofreció como voluntario para ser golpeado por uno mismo, para demostrar que era seguro, y siguió adelante con las compras a pesar de las advertencias de los expertos de que no estaban preparados para Londres.
Theresa May, entonces la secretaria del hogar, pronto los prohibió , y finalmente se vendieron el año pasado como chatarra con una pérdida de £ 300,000.
"Fue una compra extraña y, por supuesto, la historia demuestra que fue un desperdicio sustancial de fondos públicos", dijo Hugh Orde, ex jefe de policía de Irlanda del Norte, que había advertido a la Asamblea de Londres sobre los planes.
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El Sr. Johnson supervisó algunos éxitos, como la expansión del ciclismo en Londres, una idea nacida bajo su predecesor, el Sr. Livingstone, que el nuevo alcalde realizó con un programa de alquiler que se conoció como "bicicletas Boris". Pero mientras que las bicicletas eran Se supone que deben pagar por sí mismos, los contribuyentes se han quedado en el gancho de los subsidios pesados.
"Él viajará por encima de todo y espero que sea entregado", dijo Andrew Boff, miembro conservador de la Asamblea de Londres. “A veces eso suena bien, pero a veces tienes que preocuparte un poco más. Tienes que preocuparte por algunas de las cosas que estás entregando ".
Pero para el señor Johnson, los errores raramente se atascan.
"Sus errores o errores percibidos siempre fueron vistos como evidencia de su autenticidad", dijo Tony Travers, profesor de gobierno en la London School of Economics. Muchos esperaban el caos y se sorprendieron gratamente cuando los autobuses siguieron funcionando y, después de un comienzo turbulento en el Ayuntamiento, el Sr. Johnson demostró ser un experto en la delegación y eligió un jefe de personal capaz.
En 2016, ya no era alcalde, el Sr. Johnson fue un arquitecto de la victoria del Brexit y un favorito para convertirse en primer ministro. Pero el trabajo fue para la Sra. May y, para sorpresa de ella, lo nombró secretario de asuntos exteriores, en parte para mantenerlo alejado de la política interna.
Dado su papel en la campaña del Brexit, su recepción entre las contrapartes europeas fue fría y su lenguaje no fue diplomático. Comparó al ex presidente francés, François Hollande, con un oficial en un campo de prisioneros de guerra de la Segunda Guerra Mundial; sugirió que los negocios invertirían en Libia una vez que se hubieran quitado los cadáveres; y recitó un poema de la época colonial en un templo birmano.
Quizás su mayor error fue en un comité parlamentario en 2017, cuando le dijo incorrectamente a los legisladores que una mujer anglo-iraní detenida en Teherán, Nazanin Zaghari-Ratcliffe , había estado enseñando periodismo a estudiantes. Esa declaración fue utilizada por el gobierno iraní para justificar sus afirmaciones de que había estado espiando.
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Duró dos años como secretario de Relaciones Exteriores y luego renunció al gabinete en julio de 2018, luego de socavar la estrategia Brexit de la Sra. May y de afirmar que Gran Bretaña estaba "verdaderamente encaminada hacia el estado de colonia".
En su búsqueda de convertirse en primer ministro, el Sr. Johnson ha adaptado sus viejos hábitos, la teatralidad, las críticas polisilábicas, los planes extravagantes, para la era del Brexit. Del mismo modo que utilizó ideas de alto precio como alcalde de Londres para explicar las circunstancias difíciles, también ha tratado de desviarse de algunas de las complejidades del Brexit.
Entre otras sugerencias, ha planteado la idea de construir otro puente, no a través del Támesis, sino desde Gran Bretaña hasta Francia .
