fe y libertad
Antes de nuestra llegada al sitio, huesos humanos habían sido
descubierto en una pequeña excavación realizada en el área aproximada a
0.50X 0.50 Mts. Debajo de unas tablas de maderas de pinos (costaneras),
se había localizado parte de una osamenta que supuestamente continuaba
por debajo de la madera.
Comprobé primeramente que la condición estratigráfica no había sido
alterada y que dicha excavación previa realizada se había limitado a
exponer un fémur, parte de una tibia y alguna costilla.
Levanté la capa de maderas costaneras que cubrían el resto de la tumba y
comprobé que los huesos se encontraban en contacto con aserrín, y
también de pino; una parte con coloración oscura quemado, y otra sin
quemar y de un color marrón claro. El aserrín que estaba más en contacto
con los huesos se percibió más compacto y formando “pequeños terrones”,
que absorbían el agua percolante.
Tras limpiar los restos óseos, se aprecia que mantienen un estado medio
de conservación. Hay señales de cremación e indicadores de que este
esqueleto junto a sus partes blandas fue sometido a la acción del fuego.
La impresión general del enterramiento es que este se produjo entre dos
capas de madera de pinos, una como base; dicho cadáver ya quemado, fue
colocado o lanzado, con aserrín, sobre ella e inmediatamente cubierto
con la capa de tierra y madera que sirvió como techo. La madera fue
cubierta con tierra. La fosa excavada como tumba llegó aproximadamente a
alcanzar 1.00 mts. De profundidad.
Con respecto a la posición del esqueleto es totalmente atípica. El
tórax estaba situado en decúbito dorsal (o supino), es decir “boca
arriba”. El cinturón pélvico había sido desarticulado, quedando,
desplazados hacia un lado y el otro, los huesos ilíacos, siendo
imposible la localización del hueso sacro, que complementa dicho
cinturón por detrás. Igualmente ausente están todas vertebras lumbares
que debieron correr la misma suerte que el sacro.
Las extremidades inferiores fueron separadas de sus respectivas
articulaciones de la cadera, dejando fracturadas con pérdida laminar
2 Ambas cavidades cotiloideas en su fondo. Una de ellas también quedó
desarticulada en la rodilla, la otra: en posición de extención. Cabe
señalar que sólo fue posible encontrar dos cálcaneos y dos astrágalos,
pues todos los demás huesos del tarso y todas las falanges, estaban
ausentes.
Las extremidades superiores también estaban desarticuladas, en el hombro
y en el codo. Los huesos húmero se encuentran en posición inversa, es
decir la parte o epífisis distal del codo se encontró próximo al lugar
que debía ocupar el hombro. Los huesos de los antebrazos, desarticulados
y dispersos. No hay huesos del carpo ni falanges.
Con relación a la cabeza sólo se recuperaron fragmentos de los huesos
planos: occipital y parietales, así como la porción petrosa de ambos
temporales. No están presentes ni hay huellas de destrucción de los
huesos de la cara incluyendo el maxilar inferior ni piezas
odontológicas. Fue encontrada en nivel situado a unos 15 cms. por encima
y algo alejado de la cabeza (0.50 Mts.), una prótesis de maxilar
superior, con cuatro (4) piezas posteriores “in situ”, cada una de
ellas, de pequeño tamaño. La pieza fabricada en acrílico de color rosa,
esta fracturada, con pérdida de material. Igualmente posee esta prótesis
los puntos de sustentación del canino del otro lado, pero éste no está
presente.
Las primeras vértebras cervicales no fueron encontradas como tampoco la
base craneal contactante con la columna. Esto hace pensar que la cabeza
se desprendió del tronco arrastrando las primeras vértebras cervicales.
En cavidad pélvica fueron encontradas dos vértebras cervicales y
fragmentos muy pequeños de huesos craneales; esto permitiría sospechar
que la cabeza estuvo colocada allí, antes que tuviera un destino final,
desconocido. El número total de vértebras asciende a doce.
Muchas costillas fueron recuperadas. Algunas de ellas con fracturas próximas a su extremidad distal.
Con respecto a la posición general que presenta este esqueleto, todo
hace pensar que se trata del enterramiento de un cuerpo desmembrado,
sobre el que se colocaron los respectivos miembros desarticulados a la
vez, con excepción de la extremidad derecha inferior cuya articulación
de la rodilla resistió permaneciendo en extensión.
3 El desmembramiento se produjo en condiciones post-mortem muy
probablemente durante el trayecto del sitio donde supuestamente pudo
haber sido cremado hasta su lugar de enterramiento, toda vez que bajo el
esqueleto no fueron encontrados fragmentos de madera que constituyeran
parte de la pira, mientras que en el estrato ocupado por el esqueleto sí
tuvieron presentes fragmentps carbonizados.
Con respecto a la edad cronológica que a la hora de morir tenía el
individuo a quién perteneció el presente esqueleto nos permitimos
sospecharla en torno a los veinte años con una tolerancia de cinco años
para cubrir parte de la gama de variabilidad en lo relativo al
desarrollo óseo. Este diagnostico fue basado en el estado de maduración
del hueso húmero derecho.
Las suturas craneales presentes en los pocos restos recuperados de la
cabeza del esqueleto en cuestión (occipitales, sobre todo) se nos
muestran libres, permeables o no sinostosadas.
Las características de dimorfismo sexual en los huesos presentes indican
que se trata de un individuo masculino. La escotadura ciática es
claramente típica. En los huesos largos no hay a simple vista señales
físicas de fracturas en la vida del individuo ni tampoco tras su muerte.
Los huesos planos (omóplato, ilíaco) se encuentran bastante
deteriorados, con pérdida de sustancia en las partes más delgadas de su
cuerpo.
Se requiere el estudio radiográfico y las mediciones antropológicas de
gabinete, para completar este estudio realizado “in situ”, en el Valle
de La Lechuga, Constanza, Provincia de La Vega.
Firmado por Dr. Abelardo Jiménez Lambertus
Informe de la experticia de antropologia fisica realizadfo por la
comisión ad-hoc para el estudio de los restos humanos procedentes del
valle de Las Lechugas, Constanza;
La Vega.
El conjunto óseo sometido a estudio de gabinete corresponde a solo un
esqueleto. Estos huesos estuvieron expuestos a la acción del fuego.
Todos los huesos largos están presentes
De los huesos cortos se carece de todos los integrantes de carpos,
metacarpos y falanges de ambas manos, así como las falanges y metatarsos
de ambos pies. De los del tarso solo están presentes el calcáneo y el
astrágalo de cada pie. De las vertebras solo fueron recuperadas doce
(12). Estas corresponden: cuatro (4) cervicales ñde la cuarta a la
séptima y ocho (8) a dorsales o torácicas- las ocho primeras. No hay
vertebras lumbares, ni sacro ni cóccix. Tampoco están presentes las
rótulas.
De los huesos planos solo se han recuperados catorce (14) fragmentos
craneales; cuatro (4) son mayores de 10 (diez) centímetros y ocho son
microfragmentos. Incluimos además, los dos peñascos temporales. Las
clavículas están presentes y completas. De costillas se recuperaron
veinte (20) fragmentos. Tanto los ilíacos como lo omóplatos se
encuentran muy deteriorados.
Estado de conservación
El estado de conservación en que se encuentran estos restos óseos puede
catalogarse como medio. Esto es atribuible al efecto del fuego a que
fueron sometidos y al grado de humedad existente en torno a los huesos.
La capa de madera de pinos que formaba el fondo sobre el cual se
depositaron los restos, según el informe rendido por uno de nosotros
(Dr. Jiménez Lambertus), actuó al parecer, como retenedor del agua que
penetraba el suelo procedente de las frecuentes lluvias en el Valle y
por la propia humedad relativa en dicho sitio; que es muy elevada.
Cremación
El esqueleto en estudio: en su condición de cadáver; fue sometido a
fuego directo. Tal fuego no logró carbonizar totalmente las partes
blandas; de tal modo que los huesos en general tuvieron tal protección.
Cabe señalar que es a nivel de la zona nucal (y tal vez de la cabeza)
donde más efectos produjo la temperatura. El resto del occipital
recuperado así permite afirmarlo.
Posición
La posición “in situ” en que aparece el esqueleto en el Valle de Las
Lechugas, quedó descrito en el informe emitido por el Dr Jiménez
Lambertus; miembro de esta comisión Ad-hoc.
Identificación del esqueleto.
Dificultades
Grandes son las dificultades para la identificación del caso en estudio.
Estas proceden de los siguientes aspectos que a continuación
enumeramos:
- Carencia total de los huesos de la cara.
- Carencia total de piezas dentarias completas o fragmentadas.
- Carencia total de los huesos del cráneo.
- Carencia total de los huesos de ambas manos.
- Ausencia casi total de pies.
- Carencia de rótulas; sacro; cóccix y de todas las vértebras lumbares.
- Ausencia de Atlas y Axis.
- La erosión sufrida por muchas superficies óseas; sobre todo de los huesos cortos y de algunas epífisis de los huesos largos.
- El deterioro y fracturación de las mismas producto del efecto del fuego.
Identificación personal.
Se trata del esqueleto de una persona que en vida disponía de las siguientes características:
- Aspecto general: Normal
- Determinación sexual: Varón
- Madurez: Adulto
- Corpulencia: Media
- Enfermedades osteole-
sionantes: Ninguna detectada
Fracturas recientes en vida:
No detectadas
Deformaciones óseas:
No detectadas
Lesiones traumáticas
1- Ilíaco derecho. En la línea innominada se aprecia la huella del
impacto de un objeto sólido aunque de pequeño tamaño; que rozó la tabla
interna del hueso dejando líneas de erosión paralelas, todas inclinadas
de delante a atrás y de arriba abajo. La longitud de la huella alcanza
los dos (2) centímetros; siendo su anchura total de uno (1 cm.).
2- Astrágalo. Uno de los astrágalos presenta en una de las superficies
articulares tarsianas una huella lineal aislada y única de menos
profundidad que la del ilíaco, y que se produjo estando la porción
anterior del pie ya desarticulada.
3- Vértebra. El cuerpo vertebral correspondiente a una de las vértebras
dorsales intermedias aparece pulverizado, sin poder determinarse la
causa, máxime cuando ambos cuerpos vertebrales de las que articulan con
ella se muestran completos; aunque erosionados en sus respectivas
superficies.
Talla.
La estatura que en vida correspondió al esqueleto en estudio fue
obtenida mediante la comparación de las medidas antropométricas tomadas
en los huesos más completos o bien con las medidas estimadas tratándose
de huesos con pérdida parcial, estableciéndose su relación con las
cifras que ofrece la tabla para calcular la talla a partir de restos
óseos ideada por Manouvrier y que fue modificada por Olivier en 1963. La
primera columna indica la talla que corresponde a las longitudes de los
huesos largos que se ofrecen en las demás columnas:
EDAD
En el informe “in situ” elaborado por uno de nosotros (Dr. Jiménez
Lambertus) y al que ya nos hemos referido; se estableció partiendo de la
separación de la cabeza del húmero derecho por el cuello anatómico, una
edad cronológica aproximada a los 20 años. Esa cifra se llevó a un
margen de cinco (5) años para cubrir parte de las variaciones que
pudiera presentar, tanto con carácter individual como hereditario, la
soldadura u osificación del cartílago de conjunción de la epífisis
proximal del húmero derecho.
El análisis morfoscópico mediante lupa estereóscopica tras la limpieza
de la pieza ósea, y el empleo de radiografías tomadas mediante un
aparato portátil cedido gentilmente por la Clínica Alcántara y González,
ha permitido establecer que las estrías presentes en la superficie de
tejido esponjoso fracturado por efecto del calor se produjeron durante
el proceso de cremación incompleta a que fue sometido el cadáver. Esto
explica el por qué sólo la cabeza del húmero derecho fue la única parte
epifisaria sin aparente soldadura.
La radiografía torna el diagnóstico hacia los 40 años.
Condiciones generales del hallazgo
El esqueleto se encuentra cremado, desmembrado, decapitado o carente de
cabeza, con ausencia de sacro, manos, prácticamente de pies y de la
mitad de las vértebras.
Prótesis
La prótesis encontrada a 0.50 mtrs. de los escasos restos óseos
correspondientes a la cabeza ubicada en un nivel correspondiente a 0.85
mtrs. de profundidad, no presenta signo alguno de haber sido sometido al
efecto del fuego.
Esta evidencia no permite someter con absoluto crédito que forma parte
de los restos pertenecientes al esqueleto en estudio. (*)
(*) : Sobre la prótesis, la familia Caamaño informó que a Francisco
Alberto Caamaño; caso en dilucidación; le fueron realizados trabajos
odontológicos, incluyendo prótesis. Una de las causas de los frecuentes
trabajos; según esta comunicación personal; era que padecía de
bruxismo.
Hipótesis Identificatoria con el esqueleto de Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Hemos dejado para el final la hipótesis identificatoria de que se trate de los restos esqueletales de Caamaño Deñó.
En principio y basado en el diagnostico de la edad cronológica
correspondiente al esqueleto en estudio partiendo de la cabeza humeral
aislada; quedaba descartada tal hipótesis a menos que pudiera
demostrarse un trastorno de osificación de carácter familiar
hereditario, rasgo muy improbable.
A la luz del diagnóstico radiográfico y de la ayuda
diagnóstico-diferencial con la lupa estereoscópica, lo que parecía
dilucidado tornó de nuevo a hipótesis activa ya que el diagnóstico de la
edad era el fundamento del descarte.
Actualmente; acorde a los resultados de nuestros estudios; no hemos
encontrado incompatibilidad entre la data obtenida en el estudio en
cuestión y las características antropométricas y morfológicas que sobre
el Señor Francisco Alberto Caamaño Deñó hemos obtenido.
En definitiva, la hipótesis de que los restos esqueletales recuperados
en el Valle de Las Lechugas pertenezcan al coronel Francisco Caamaño
Deñó no presenta, a la luz de la Antropología Física, incompatibilidad.